El blanco perfecto para tu casa

Descubrí cuándo y cómo usar blancos cálidos y fríos.

Cuándo usar blancos cálidos

Si querés crear una atmósfera acogedora, elegí blancos cálidos que tengan una pizca de rojo o amarillo. Estos colores crean un ambiente tranquilo y relajado, por eso son ideales para dormitorios y livings. Como los blancos cálidos reflejan bien la luz, también son buenos para usarlos en habitaciones que dan al sur, que en general reciben menos luz natural que las que dan al norte.

Cuándo usar blancos fríos

Los blancos fríos tienen un tinte azul, gris o verde, y esto hace que se vean nítidos y limpios. Para generar un estilo sereno y contemporáneo, probá usar blancos fríos para crear siluetas fuertes y líneas definidas. Vas a ver que también funcionan bien para destacar accesorios y obras de arte impactantes.

Los blancos fríos resultan útiles en habitaciones pequeñas, porque causan el efecto de hacer que las paredes retrocedan y entonces el espacio se ve más amplio. También neutralizan la luz brillante, y por esto son una una opción para habitaciones que reciben mucha luz solar, en particular aquellas que dan al norte o al oeste.

Combiná blancos para un estilo sofisticado

Si te sentís con ganas de un poco de aventura, probá combinar blancos cálidos y fríos. Aquí, las paredes de color blanco frío y el techo, piso y mesa en blanco cálido crean el fondo ideal para muebles ornamentados, accesorios llamativos y una hermosa alfombra. Esto crea un esquema clásico que sorprende en su sofisticada simplicidad.

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