Pintá la cocina en cinco pasos sencillos

Decorá el corazón de tu hogar en cinco pasos sencillos.

1. Limpiá las paredes

Las paredes y superficies de la cocina en general están grasosas. Antes de comenzar a pintar, es importante limpiar todas las superficies por completo para asegurarte de obtener un buen acabado. La mejor forma de hacerlo es limpiarlas con una solución limpiadora o un detergente fuerte. Usá agua tibia y enjuagá por completo todos los residuos antes de dejar que las paredes se sequen.

2. Prepará la habitación

Antes de comenzar a pintar, cubrí los bordes de los azulejos, equipamiento, molduras y mesadas con cinta de enmascarar. Esto te ayudará a crear un límite bien definido y limpio con la superficie pintada. Lo mejor es también cubrir las mesadas, electrodomésticos y el piso con una lámina plástica para que caiga allí cualquier salpicadura.

3. Comenzá desde arriba

Como con cualquier habitación, comenzá a pintar la cocina desde el techo hacia abajo, de manera que si la pintura chorrea no caiga sobre superficies recién pintadas. Para los techos y las paredes, usá una pintura adecuada Cielos Rasos Antihongos Inca e Incalex Superlavable. Vas a ver que es más fácil pintar las superficies pequeñas y los bordes con un pincel en lugar de con un rodillo.

4. Pintá las puertas de los armarios

Si tenés ganas de pintar las puertas de los armarios de la cocina, la forma más sencilla de hacerlo es primero desmontarlas. Limpialas con una solución limpiadora o detergente, después rellená los huecos en las paredes con enduído, antes de lijar las áreas y limpiarlas. Te recomendamos usar Fondo Universal al Agua Inca. Luego aplicar SatincaTurbo que es un esmalte al Agua ideal para esta tarea, de rápido secado, con te terminación satinada y disponible en más de 2000 colores.

5. Pintá la carpintería

Por último, pintá toda la carpintería. Pintá de arriba hacia abajo, comenzando por las ventanas. Lo mejor es empezar a pintar por la mañana de manera que haya todo un día para que se sequen antes de tener que cerrarlas a la noche. Después, pintá la puerta, el marco y el arquitrabe y posteriormente el zócalo. Al pintar el zócalo al final, hay menos riesgo de que el pincel se contamine con suciedad o polvo.

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